El jueves 7 de septiembre a horas 23:49:18 tembló el estado de Chiapas, y a sus alrededores los estados de Oaxaca, Tabasco, Veracruz, Puebla y la Ciudad de México. De igual forma al otro lado de la frontera, lo mismo sucedió con Guatemala, El Salvador, Honduras y Belice.
El terremoto tuvo una magnitud de 8,2 grados. El epicentro se ubicó en el golfo de Tehuantepec, 137 kilómetros al suroeste de Pijijiapan (Chiapas), y a 69.7 km de profundidad.
Minutos después del movimiento sísmico, los medios de comunicación interrumpieron la transmisión para informar lo sucedido, las redes telefónicas se cayeron, el centro y sur del país quedó incomunicado y como resultado el pánico aumentó.
La Secretaría de Protección Civil en Chiapas dio el reporte de que un total de 80.508 viviendas afectadas, de las cuales 58.168 tuvieron daños parciales y 22.340 más se encontraban con daño total. En el sector educativo se tuvo el registro de 1.534 escuelas con daño parcial y 86 con daño total, de igual forma se tuvo el registro de daños en 71 unidades médicas, 194 edificios públicos, 411 iglesias, 658 comercios, 282 tramos carreteros afectados y 67 puentes dañados a cargo del estado, 100 carreteras federales, 92 alimentadoras y 4 puentes federales.
Pero en Chiapas la tierra tiembla varias veces al año, 2 meses atrás sucedió otro temblor de gran magnitud que sacudió los hogares de las familias chiapanecas, el epicentro fue en el municipio de Ciudad Hidalgo frontera con Guatemala, el movimiento no llegó al centro del país y por eso los medios no lo difundieron como el terremoto del 7 de septiembre.
En los últimos 5 años se han registrado 3 temblores de una magnitud fuerte, en Chiapas tiembla de noche, mientras todos duermen y las luces se apagan en los primeros segundos. El pueblo chiapaneco está acostumbrado a los movimientos de la tierra, sabe que después de temblar hay que vivir sin miedo y seguir con la rutina. Una alarma de tsunami es algo que el pueblo ha vivido antes, y solo resta esperar a que los tiempos se calmen.
Los medios no ayudaron en esta ocasión a calmar la situación, y difundieron el pánico en las costas del estado, en los grupos de Facebook de la zona Costa-Soconusco del que son parte los municipios de Pijijiapan hasta Tapachula. Se difundían videos del mar y su fuerte oleaje, pero es que la costa de Chiapas siempre ha sido agresiva. Las zonas afectadas por el terremoto fueron Costa y Soconusco, la ayuda de los mexicanos llegó a la Costa pero no al Soconusco como muchos han pensado.
Los daños se concentraron en los municipios de Tonalá y Pijijiapan, y las zonas más afectadas económicamente fueron las de la costa. El comercio bajó, los turistas y la población estaban asustados por la alerta de tsunami.
La gente perdió su casa, pero la ayuda social y humanitaria del chiapaneco estuvo ahí para los que se quedaron en la nada, aquellos que tenían un techo lo compartieron y las familias se reunieron para estar juntos en las réplicas.
En los siguientes días la gente no durmió, las réplicas se hicieron presentes a cada hora, 5,245 réplicas mantuvieron a la población alerta por semanas.
Dos meses después un video donde las cascadas de Agua Azul se estaban secando, se viralizó primero en los grupos de Facebook de Chiapas, en Chiapas es una reserva natural protegida que es fuente de turismo y atractivo estatal y nacional, y también es parte del orgullo de los chiapanecos.
El video se compartió tantas veces que llegó a ser noticia nacional en pocas horas, lo que llevó a que las autoridades tomaran cartas en el asunto.
La propuesta fue de 20 días para encontrar una solución, a lo que la población chiapaneca respondió de forma solidaria con la naturaleza y ella resolvió el problema del cause, y hoy las cascadas fluyen de forma abundante con sus colores turquesa y verde jade. La reacción de la gente fue inmediata, se adelantaron a las autoridades y movieron las rocas que debido al sismo, estaban obstruyendo el flujo del agua. De ese modo, todo volvió a la normalidad.
Lo cierto es que dos meses después el estado de Chiapas está de pie, las escuelas funcionan, las carreteras son viables, la gente construye sus casas, el mar ha vuelto a su ritmo, el turismo volvió, y la gente duerme en paz, no saben cuándo volverá a temblar, no saben si será de noche o de día, pero es algo imposible de evitar.
El terremoto tuvo una magnitud de 8,2 grados. El epicentro se ubicó en el golfo de Tehuantepec, 137 kilómetros al suroeste de Pijijiapan (Chiapas), y a 69.7 km de profundidad.
Minutos después del movimiento sísmico, los medios de comunicación interrumpieron la transmisión para informar lo sucedido, las redes telefónicas se cayeron, el centro y sur del país quedó incomunicado y como resultado el pánico aumentó.
La Secretaría de Protección Civil en Chiapas dio el reporte de que un total de 80.508 viviendas afectadas, de las cuales 58.168 tuvieron daños parciales y 22.340 más se encontraban con daño total. En el sector educativo se tuvo el registro de 1.534 escuelas con daño parcial y 86 con daño total, de igual forma se tuvo el registro de daños en 71 unidades médicas, 194 edificios públicos, 411 iglesias, 658 comercios, 282 tramos carreteros afectados y 67 puentes dañados a cargo del estado, 100 carreteras federales, 92 alimentadoras y 4 puentes federales.
Pero en Chiapas la tierra tiembla varias veces al año, 2 meses atrás sucedió otro temblor de gran magnitud que sacudió los hogares de las familias chiapanecas, el epicentro fue en el municipio de Ciudad Hidalgo frontera con Guatemala, el movimiento no llegó al centro del país y por eso los medios no lo difundieron como el terremoto del 7 de septiembre.
En los últimos 5 años se han registrado 3 temblores de una magnitud fuerte, en Chiapas tiembla de noche, mientras todos duermen y las luces se apagan en los primeros segundos. El pueblo chiapaneco está acostumbrado a los movimientos de la tierra, sabe que después de temblar hay que vivir sin miedo y seguir con la rutina. Una alarma de tsunami es algo que el pueblo ha vivido antes, y solo resta esperar a que los tiempos se calmen.
Los medios no ayudaron en esta ocasión a calmar la situación, y difundieron el pánico en las costas del estado, en los grupos de Facebook de la zona Costa-Soconusco del que son parte los municipios de Pijijiapan hasta Tapachula. Se difundían videos del mar y su fuerte oleaje, pero es que la costa de Chiapas siempre ha sido agresiva. Las zonas afectadas por el terremoto fueron Costa y Soconusco, la ayuda de los mexicanos llegó a la Costa pero no al Soconusco como muchos han pensado.
Los daños se concentraron en los municipios de Tonalá y Pijijiapan, y las zonas más afectadas económicamente fueron las de la costa. El comercio bajó, los turistas y la población estaban asustados por la alerta de tsunami.
La gente perdió su casa, pero la ayuda social y humanitaria del chiapaneco estuvo ahí para los que se quedaron en la nada, aquellos que tenían un techo lo compartieron y las familias se reunieron para estar juntos en las réplicas.
En los siguientes días la gente no durmió, las réplicas se hicieron presentes a cada hora, 5,245 réplicas mantuvieron a la población alerta por semanas.
Dos meses después un video donde las cascadas de Agua Azul se estaban secando, se viralizó primero en los grupos de Facebook de Chiapas, en Chiapas es una reserva natural protegida que es fuente de turismo y atractivo estatal y nacional, y también es parte del orgullo de los chiapanecos.
El video se compartió tantas veces que llegó a ser noticia nacional en pocas horas, lo que llevó a que las autoridades tomaran cartas en el asunto.
La propuesta fue de 20 días para encontrar una solución, a lo que la población chiapaneca respondió de forma solidaria con la naturaleza y ella resolvió el problema del cause, y hoy las cascadas fluyen de forma abundante con sus colores turquesa y verde jade. La reacción de la gente fue inmediata, se adelantaron a las autoridades y movieron las rocas que debido al sismo, estaban obstruyendo el flujo del agua. De ese modo, todo volvió a la normalidad.
Lo cierto es que dos meses después el estado de Chiapas está de pie, las escuelas funcionan, las carreteras son viables, la gente construye sus casas, el mar ha vuelto a su ritmo, el turismo volvió, y la gente duerme en paz, no saben cuándo volverá a temblar, no saben si será de noche o de día, pero es algo imposible de evitar.
Por: Brayan Paz