Mariela Flores
Una película sobre un niño que no es para niños. Un niño que se enfrenta a su mayor miedo, un miedo que no quiere aceptar, que le avergüenza.
Conor un niño británico de apenas 13 años de edad (Lewis MacDougall) es particularmente cercano con su madre (Felicity Jones). Ambos son de espíritu libre y tienen una inclinación artística, y el padre de Conor ya no está en sus vidas, habiendo huido hace muchos años antes a los Estados Unidos. “Mamá”, como se llama el personaje en pantalla, toma un montón de drogas que han funcionado durante un tiempo, pero eso está empezando a cambiar. Ella luce más pálida cada día, y levantarse de la cama se ha convertido en un gran desafío. Así que Conor se ve obligado a mudarse con su formidable abuela (Sigourney Weaver). La abuela vive en lo que parece ser un museo, y le ordena a Conor que no toque nada.
Lo único en lo que piensa Conor es en escapar, pero ¿Cómo lo lograra? Como muchos de nosotros lo hacemos: Usando nuestra imaginación pues comienza a recibir visitas nocturnas de un árbol gigante que es visible desde la ventana de su habitación. A las 12:07 a.m., el tronco cobra vida, transformándose en una bestia gigante con lava corriendo por sus venas, y marchando a la ventana de Conor para contarle historias. Con la voz de Liam Neeson, el monstruo es una mezcla de calidez e intimidación, parece el perfecto ejemplo del termino “tough love”
Pareciera que es solo un melodrama pero la película evita ese camino predecible , porque nada sobre la historia o los personajes es fácil o directo. A pesar de que en varias ocasiones, casi todo el tiempo, sentimos lástima por Conor y la situación por la que pasa también nos damos cuenta de que en ocasiones puede ser muy berrinchudo. No es el típico personaje que es víctima sumisa todo el tiempo, ni siquiera es el bueno de la historia. El personaje tiene algunos problemas de manejo de la ira.
Mientras tanto, la moraleja de las historias del monstruo no es fácil de analizar, especialmente para un niño. A mí me costó trabajo identificar algunas. Las fábulas de Esopo no lo son. En un cuento, una bruja resulta ser inofensiva, pero ella está exiliada de todos modos. Un príncipe malvado se convierte en rey en otro, disfrutando de un reinado largo y exitoso. A veces las cosas malas le suceden a la gente buena, el chico se da cuenta. Y a veces las personas desagradables hacen bien.
La película es memorable por sus impresionantes e imaginativas imágenes, especialmente cuando los cuentos del monstruo arbóreo cobran vida cuando se ponen en marcha pequeñas obras de arte. Esos cuentos nos muestran algo bello y brillante en la triste y opaca realidad de Conor. Pero esos solo son cuentos que no durarán por siempre y eventualmente tendrá que enfrentar sus emociones y aprender a canalizarlas adecuadamente. No es película para niños, aunque represente la infancia desde una perspectiva diferente, muchas veces estamos expuestos a situaciones que comprometen la vida de algún ser querido cercano y como niños no concebimos el concepto de la muerte, pero sufrimos el proceso.
La película está bien desarrollada y nos hace reflexionar sobre nuestros verdaderos miedos, no los que nos dicen que tenemos que tener. Esta película me hizo pensar sobre los miedos más oscuros del alma ya que el que tiene Conor no es que si mamá muera sino que tenga que aceptar que parte de él sí quiere que muera porque cuando esto suceda por ende también el sufrimiento de Conor se irá con ella.
Una película sobre un niño que no es para niños. Un niño que se enfrenta a su mayor miedo, un miedo que no quiere aceptar, que le avergüenza.
Conor un niño británico de apenas 13 años de edad (Lewis MacDougall) es particularmente cercano con su madre (Felicity Jones). Ambos son de espíritu libre y tienen una inclinación artística, y el padre de Conor ya no está en sus vidas, habiendo huido hace muchos años antes a los Estados Unidos. “Mamá”, como se llama el personaje en pantalla, toma un montón de drogas que han funcionado durante un tiempo, pero eso está empezando a cambiar. Ella luce más pálida cada día, y levantarse de la cama se ha convertido en un gran desafío. Así que Conor se ve obligado a mudarse con su formidable abuela (Sigourney Weaver). La abuela vive en lo que parece ser un museo, y le ordena a Conor que no toque nada.
Lo único en lo que piensa Conor es en escapar, pero ¿Cómo lo lograra? Como muchos de nosotros lo hacemos: Usando nuestra imaginación pues comienza a recibir visitas nocturnas de un árbol gigante que es visible desde la ventana de su habitación. A las 12:07 a.m., el tronco cobra vida, transformándose en una bestia gigante con lava corriendo por sus venas, y marchando a la ventana de Conor para contarle historias. Con la voz de Liam Neeson, el monstruo es una mezcla de calidez e intimidación, parece el perfecto ejemplo del termino “tough love”
Pareciera que es solo un melodrama pero la película evita ese camino predecible , porque nada sobre la historia o los personajes es fácil o directo. A pesar de que en varias ocasiones, casi todo el tiempo, sentimos lástima por Conor y la situación por la que pasa también nos damos cuenta de que en ocasiones puede ser muy berrinchudo. No es el típico personaje que es víctima sumisa todo el tiempo, ni siquiera es el bueno de la historia. El personaje tiene algunos problemas de manejo de la ira.
Mientras tanto, la moraleja de las historias del monstruo no es fácil de analizar, especialmente para un niño. A mí me costó trabajo identificar algunas. Las fábulas de Esopo no lo son. En un cuento, una bruja resulta ser inofensiva, pero ella está exiliada de todos modos. Un príncipe malvado se convierte en rey en otro, disfrutando de un reinado largo y exitoso. A veces las cosas malas le suceden a la gente buena, el chico se da cuenta. Y a veces las personas desagradables hacen bien.
La película es memorable por sus impresionantes e imaginativas imágenes, especialmente cuando los cuentos del monstruo arbóreo cobran vida cuando se ponen en marcha pequeñas obras de arte. Esos cuentos nos muestran algo bello y brillante en la triste y opaca realidad de Conor. Pero esos solo son cuentos que no durarán por siempre y eventualmente tendrá que enfrentar sus emociones y aprender a canalizarlas adecuadamente. No es película para niños, aunque represente la infancia desde una perspectiva diferente, muchas veces estamos expuestos a situaciones que comprometen la vida de algún ser querido cercano y como niños no concebimos el concepto de la muerte, pero sufrimos el proceso.
La película está bien desarrollada y nos hace reflexionar sobre nuestros verdaderos miedos, no los que nos dicen que tenemos que tener. Esta película me hizo pensar sobre los miedos más oscuros del alma ya que el que tiene Conor no es que si mamá muera sino que tenga que aceptar que parte de él sí quiere que muera porque cuando esto suceda por ende también el sufrimiento de Conor se irá con ella.