Tradiciones: los elementos de una ofrenda
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Por Brenda Balderas
La tradicional ofrenda de Día de Muertos tiene sus orígenes en los antiguos altares precolombinos, los cuales estaban dedicados a diferentes dioses y cuya temporalidad variaba según las fechas en que los festejaban nuestros antepasados. La concepción de los antiguos mexicanos sobre las almas que nunca se van del todo y que conviven con los vivos se emparejó con una concepción muy similar a la de los europeos. Lo básico en una ofrenda: Los niveles que la ofrenda tenga pueden variar, se dice que si son tres pueden representar el cielo, la tierra y el purgatorio. El papel picado suele representar la alegría del reencuentro con los difuntos. La comida que se ponga depende de los gustos que haya tenido el fallecido cuando aún vivía. Las calaveritas de azúcar representan a los miembros de la familia. Las velas sirven para guiar a las almas hasta la ofrenda. Las flores de cempasúchil aparte de adornar, pueden cumplir la misma función de las velas si se colocan los pétalos como un camino. El copal es un elemento prehispánico que sirve para limpiar y purificar las energías del lugar. El agua se coloca para cesar la sed de las almas viajeras. El pan de muerto se ofrece como alimento a las almas que transiten por ahí. Finalmente en el punto más alto se coloca una foto de la persona a la que se le dedica la ofrenda. Esos son algunos de los elementos básicos que lleva una ofrenda, sin embargo cada quien agrega su toque personal. Aunque esta tradición aún se práctica hoy en día, cada vez se pierde más el amor hacia la misma, somos los mismos mexicanos los que debemos preservarla para que así las nuevas generaciones puedan conocerla en su manera más tradicional. |