PROFESORES CORRIENDO PROFESORES: EL ABUSO LLEVADO A LA CIMA
El reciente viernes 27 de abril, diez profesores del Colegio de Historia de la BUAP votaron para "correr" a la doctora Anel Hernández Sotelo, quien ganó una plaza como docente a tiempo completo por concurso de oposición.
La decisión se encuentra "escondida" a los ojos de la comunidad universitaria, porque las autoridades se niegan a entregar el acta que prueba el hecho y que le permitiría a la víctima ejercer su derecho a la impugnación. Alegan que se trata de un documento privado (tan privado que ni siquiera es accesible para la parte afectada).
La acción fue respondida por decenas de estudiantes, que de inmediato llamaron a una asamblea, la cual decidió tomar el edificio.
Anel Hernández es, a diferencia de varios de los que votaron por su despido el 27 de abril, profesora investigadora de tiempo completo, titular A y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
LOS HECHOS
El citado 27 de abril, el orden del día de la reunión del colegio de Historia era el siguiente: Pase de lista, informe del seminario de titulación emergente y carga académica para el periodo otoño 2018.
De pronto, sin que estuviera anunciado previamente, se sugirió votar sobre la continuidad de Hernández en la institución. De inmediato se procedió a llenar la urna. Diez votaron contra la profesora. En el acta se asentó la decisión de no contratar a Hernández, cuyo contrato concluye el 31 de mayo de 2018.
La afectada pidió el acta y nunca se la dieron, ni siquiera para firmarla bajo protesta. Se le informó que se trata de un documento privado de la universidad, que debe ser solicitado a la oficina de la Abogada General. En dicha instancia se le pidió que mejor se dirija a la Vicerectoría de Docencia. De allí, la regresaron a la Facultad de Filosofía y Letras, desde donde partió su solicitud. Ninguna autoridad se ha reunido hasta ahora con ella para darle una explicación.
El 3 de mayo, circuló en las redes sociales un texto que usando el logotipo de la BUAP, le informa a la comunidad del colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras que la dirección de dicha facultad "tomó la determinación de considerar perfiles profesionales para la asignación de materias" y que en la programación para otoño y verano 2018 "no hay grupos académicos disponibles para asignar" a la doctora Hernández. Añade que ello "se apega a la normalidad y no violenta la relación laboral".
El documento no tiene la firma de nadie, pero ha circulado en los sitios oficiales de la Facultad.
Una profesora a tiempo completo, cuyo contrato fenece el 31 de mayo, y a la que la dirección de la Facultad le niega materias en lo que resta de 2018, claramente ha sido colocada en una situación de vulnerabilidad laboral. Lo más probable es que a raíz de la decisión del 27 de abril, Hernández ya no sea recontratada. Si a esto se suma el hecho de que la mayoría de los profesores avalaron esa determinación, la sentencia está dictada.
El problema es que los estudiantes no se quedaron contemplando el abuso, sino que actuaron. El director de la Facultad, Ángel Xolocotzi, asistió a la última asamblea estudiantil. Llegó a la comparecencia con las manos vacías. Dado que no propuso ninguna solución al problema, la toma del edificio prosigue.
El movimiento exige la entrega del acta del 27 de abril y un compromiso de la BUAP para mantener a Anel Hernández en su plaza docente.
La determinación del 27 de abril fue tomada cuando el cuatrimestre prácticamente ha terminado y las posibilidades de organizarse para resistir se reducen. Pese a ello, el respaldo a Hernández ha sido capaz de vencer la inercia.
La decisión se encuentra "escondida" a los ojos de la comunidad universitaria, porque las autoridades se niegan a entregar el acta que prueba el hecho y que le permitiría a la víctima ejercer su derecho a la impugnación. Alegan que se trata de un documento privado (tan privado que ni siquiera es accesible para la parte afectada).
La acción fue respondida por decenas de estudiantes, que de inmediato llamaron a una asamblea, la cual decidió tomar el edificio.
Anel Hernández es, a diferencia de varios de los que votaron por su despido el 27 de abril, profesora investigadora de tiempo completo, titular A y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
LOS HECHOS
El citado 27 de abril, el orden del día de la reunión del colegio de Historia era el siguiente: Pase de lista, informe del seminario de titulación emergente y carga académica para el periodo otoño 2018.
De pronto, sin que estuviera anunciado previamente, se sugirió votar sobre la continuidad de Hernández en la institución. De inmediato se procedió a llenar la urna. Diez votaron contra la profesora. En el acta se asentó la decisión de no contratar a Hernández, cuyo contrato concluye el 31 de mayo de 2018.
La afectada pidió el acta y nunca se la dieron, ni siquiera para firmarla bajo protesta. Se le informó que se trata de un documento privado de la universidad, que debe ser solicitado a la oficina de la Abogada General. En dicha instancia se le pidió que mejor se dirija a la Vicerectoría de Docencia. De allí, la regresaron a la Facultad de Filosofía y Letras, desde donde partió su solicitud. Ninguna autoridad se ha reunido hasta ahora con ella para darle una explicación.
El 3 de mayo, circuló en las redes sociales un texto que usando el logotipo de la BUAP, le informa a la comunidad del colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras que la dirección de dicha facultad "tomó la determinación de considerar perfiles profesionales para la asignación de materias" y que en la programación para otoño y verano 2018 "no hay grupos académicos disponibles para asignar" a la doctora Hernández. Añade que ello "se apega a la normalidad y no violenta la relación laboral".
El documento no tiene la firma de nadie, pero ha circulado en los sitios oficiales de la Facultad.
Una profesora a tiempo completo, cuyo contrato fenece el 31 de mayo, y a la que la dirección de la Facultad le niega materias en lo que resta de 2018, claramente ha sido colocada en una situación de vulnerabilidad laboral. Lo más probable es que a raíz de la decisión del 27 de abril, Hernández ya no sea recontratada. Si a esto se suma el hecho de que la mayoría de los profesores avalaron esa determinación, la sentencia está dictada.
El problema es que los estudiantes no se quedaron contemplando el abuso, sino que actuaron. El director de la Facultad, Ángel Xolocotzi, asistió a la última asamblea estudiantil. Llegó a la comparecencia con las manos vacías. Dado que no propuso ninguna solución al problema, la toma del edificio prosigue.
El movimiento exige la entrega del acta del 27 de abril y un compromiso de la BUAP para mantener a Anel Hernández en su plaza docente.
La determinación del 27 de abril fue tomada cuando el cuatrimestre prácticamente ha terminado y las posibilidades de organizarse para resistir se reducen. Pese a ello, el respaldo a Hernández ha sido capaz de vencer la inercia.