En una fría tarde de cielo despejado de color rosa-púrpura, cientos de habitantes de la ciudad se reunieron en el Complejo Cultural Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) la tarde del 24 noviembre para poder ser testigos del encendido del árbol navideño, un acto que se realiza desde hace pocos años y cada vez se va convirtiendo en una tradición.
Diciembre está muy cerca y el clima invernal se siente en el aire, los adornos navideños empiezan a hacerse notar por doquier y la BUAP no podía quedarse atrás, e hizo una demostración con un magnífico acto para deleitar a los espectadores.
Desde las cuatro de la tarde la gente comenzó a llegar, se sentó en las primeras filas y disfrutó del primer acto a cargo de la banda de guerra y las porristas. Los minutos pasaban y cada vez había más gente, los actos contenían el espíritu navideño, y el coro sinfónico cantó villancicos que parecían angelicales a los oídos de todos.
Hubo circo, maroma y teatro. Varias compañías de danza, canto y teatro deleitaron a todos con su arte de tema navideño. En el escenario se vieron diablitos, superhéroes, princesas, bailarinas y uno de los momentos más impresionantes: un ángel bajando del techo de un edificio.
La noche cayó de forma muy rápida y luces tenues adornaban el lugar, el frío cada vez era más intenso pero no fue impedimento para la audiencia. Cada vez se llenaba más el lugar, el estacionamiento del CCU estaba lleno y otras decenas de personas observaban desde el puente de la Vía Atlixcayolt.
Alrededor de las 7:30 de la noche las presentaciones se terminaron y el rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, subió al escenario para dar la bienvenida a los asistentes, habló sobre los avances de la universidad, deseó felices fiestas a todos y finalmente realizó el conteo de 10 segundos para encender el árbol y todos los asistentes repetían el conteo con euforia y emoción.
Cuando el segundo 1 llegó, el impresionante árbol navideño de 28 metros de altura y 15 metros de grosor se encendió de su base hasta la estrella que se sitúa en la punta, y junto a sus más de 500 adornos iluminó todo a su alrededor. Al mismo tiempo se encendieron las otras figuras, los osos, las focas, los patinadores, las esferas, y los pinos, haciendo brillar el lugar.
Al ritmo de la Orquesta Sinfónica de la BUAP las luces parecían danzar, se movían de lado a lado y de arriba a abajo. Todo brillaba alrededor y en el rostro de las personas se notaba asombro y emoción.
Se iluminó el pasillo del CCU, el techo estaba totalmente iluminado que parecía tener estrellas brillando por doquier. El cielo se iluminó de igual forma con fuegos artificiales, los colores verde y rojo estallaban en el cielo, era una danza de tonalidades navideñas en el cielo.
El evento terminó y los tradicionales aguinaldos fueron entregados al público, se regalaron bufandas y gorritos de colores navideños con el logo de la BUAP. La gente salió del lugar por todos lados y el lugar se fue quedando vacío pero totalmente iluminado.
Diciembre está muy cerca y el clima invernal se siente en el aire, los adornos navideños empiezan a hacerse notar por doquier y la BUAP no podía quedarse atrás, e hizo una demostración con un magnífico acto para deleitar a los espectadores.
Desde las cuatro de la tarde la gente comenzó a llegar, se sentó en las primeras filas y disfrutó del primer acto a cargo de la banda de guerra y las porristas. Los minutos pasaban y cada vez había más gente, los actos contenían el espíritu navideño, y el coro sinfónico cantó villancicos que parecían angelicales a los oídos de todos.
Hubo circo, maroma y teatro. Varias compañías de danza, canto y teatro deleitaron a todos con su arte de tema navideño. En el escenario se vieron diablitos, superhéroes, princesas, bailarinas y uno de los momentos más impresionantes: un ángel bajando del techo de un edificio.
La noche cayó de forma muy rápida y luces tenues adornaban el lugar, el frío cada vez era más intenso pero no fue impedimento para la audiencia. Cada vez se llenaba más el lugar, el estacionamiento del CCU estaba lleno y otras decenas de personas observaban desde el puente de la Vía Atlixcayolt.
Alrededor de las 7:30 de la noche las presentaciones se terminaron y el rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, subió al escenario para dar la bienvenida a los asistentes, habló sobre los avances de la universidad, deseó felices fiestas a todos y finalmente realizó el conteo de 10 segundos para encender el árbol y todos los asistentes repetían el conteo con euforia y emoción.
Cuando el segundo 1 llegó, el impresionante árbol navideño de 28 metros de altura y 15 metros de grosor se encendió de su base hasta la estrella que se sitúa en la punta, y junto a sus más de 500 adornos iluminó todo a su alrededor. Al mismo tiempo se encendieron las otras figuras, los osos, las focas, los patinadores, las esferas, y los pinos, haciendo brillar el lugar.
Al ritmo de la Orquesta Sinfónica de la BUAP las luces parecían danzar, se movían de lado a lado y de arriba a abajo. Todo brillaba alrededor y en el rostro de las personas se notaba asombro y emoción.
Se iluminó el pasillo del CCU, el techo estaba totalmente iluminado que parecía tener estrellas brillando por doquier. El cielo se iluminó de igual forma con fuegos artificiales, los colores verde y rojo estallaban en el cielo, era una danza de tonalidades navideñas en el cielo.
El evento terminó y los tradicionales aguinaldos fueron entregados al público, se regalaron bufandas y gorritos de colores navideños con el logo de la BUAP. La gente salió del lugar por todos lados y el lugar se fue quedando vacío pero totalmente iluminado.
Por: Brayan Paz