No hace falta viajar al otro lado del mundo para disfrutar de las maravillas que ofrece la naturaleza. Huasca de Ocampo, en el Estado de Hidalgo, ofrece una amplía carta de lugares para visitar y conocer, como es el caso de los Prismas Basálticos o las diferentes ex haciendas que se encuentran en sus alrededores.
El Estado de Hidalgo, aquí en México, es muy rico; rico en cultura, en historia, en gastronomía y sobre todo en parajes naturales. Restos de prehistoria como pinturas rupestres de más de 10.000 años se pueden visitar en regiones como Tulancingo, Tepeapulco o Actopan. Una mezcla de pueblos indígenas, entre ellos teotihuacanos, pames, otomíes o toltecas, se han asentado en esta región por su riqueza en materias primas, como la madera, el agua, vegetales e incluso por sus minas de plata, explotadas por los españoles después de la conquista.
Su clima es muy variado como consecuencia de las formaciones montañosas que persisten: tiene climas secos, húmedos y subhúmedos y templados. Otro rasgo característico es la gran pluralidad de flora y fauna. Las sierras de Hidalgo están repletas, en su mayoría, de pinos, abetos, encinos o enebros. También hay copales, caobas, ébanos y mucho más gracias a la gran diferencia de ambientes. Hidalgo es famoso por poseer al menos treinta y una variedades de serpientes, trece especies de patos, cuatros de codornices y palomas, tres de halcones y otras tres de zorrillos. La existencia de un suelo desértico en el Vale del Mezquital propicia la presencia de lagartijas, camaleones, arañas, alacranes y grillos.
Algo que tampoco pasa desapercibido es de su rica gastronomía. No hay nada mejor que una buena barbacoa de hoyo o caldos en la plaza de los pueblos en pleno octubre, con el comienzo del frío. Aunque también son bastante famosos los pastes de Real del Monte. Estos son una especie de empanadas, ya sean saladas como los de papa y atún, mole, pollo o carne de res, entre otros, o los dulces, como los de chocolate, manzana, fruta o mermelada.
Y ahora, después de conocer el Estado desde fuera, se puede conocer algún lugar en particular. Huasca de Ocampo es una bonita zona para visitar -según recomendaciones personales-. Algo que nos suele echar hacia atrás en los viajes es el precio; pasar la noche en las cabañas de aquí no tiene un costo excesivamente alto, teniendo en cuenta la gran calidad de los servicios -al menos donde nosotros nos hospedamos-. Además, no hay nada mejor para frenar el frío de la noche que una buena chimenea encendida al lado de amigos, y eso sí, acompañados de una copa de tequila en la mano.
El pueblo de Huasca se encuentra dentro del programa ‘Pueblos Mágicos’, con una gran variedad de bonitos lugares que visitar. El centro del pueblo está orientado al turismo, repleto de comedores con diferentes platos populares y pequeñas tiendas de artesanía. Cabe recalcar que en esta zona se trabaja la madera, la agricultura y la ganadería. Entre sus lugares de referencia destacan la ex hacienda de San Antonio Regla, fundada a partir de la mitad del siglo XVIII por el Conde de Regla, Pedro Romeros de Terneros. En 1912 se construyó una presa para producir electricidad para poblaciones cercanas y en 1915, por el fallo de las plantas hidroeléctricas se acumuló el agua inundando la hacienda por completo, dejando ver tan solo una chimenea. Se puede recorrer el lago para ver la hacienda hundida bajo el manto de agua de 12 metros.
Otros edificios emblemáticos son la ex hacienda de San Miguel Regla, también construida en el siglo XVIII por el Conde de Regla como hacienda de beneficio de metales. Su casco funciona actualmente como un hotel. La otra es la ex hacienda de Santa María Regla, residencia del mismo Conde. Conserva gran parte de la misma, destacando su capilla con una fachada de estilo barroco sobrio.
Huasca ha ganado protagonismo a partir del hallazgo y la explotación de los Prismas Basálticos, una de las 13 maravillas naturales de México. Hace 200 años, el Barón de Humboldt llegó a la localidad e impresionado por los prismas, dibujó un boceto para El Universal, el que promocionó este lugar como turístico. Los Prismas Basálticos son uno de los fenómenos geológicos más bonitos de la naturaleza: columnas de hasta 40 metros de altura por donde cae el agua que va a llevar a la presa de san Antonio Regla, como si se tratase de una fuente gigante. Estas columnas están formadas por la solidificación de la lava líquida tras un lento proceso de enfriamiento. Tras solidificarse, la lava pierde volumen y provoca las formas cuadradas, pentagonales y hexagonales tan bonitas.
Esta hermosa zona ha sido acondicionada como centro de vacaciones, con piscinas, lugares para acampar y zonas verdes, barbacoas y restaurantes. Se puede gozar de un recorrido en familia o amigos con los que pasear por el puente colgante o tirarse por la tirolesa que cruza los prismas para disfrutar de los balcones y miradores con la intención de apreciar el recuerdo que nos ha dejado la naturaleza.