Puebla, un estado ubicado en la zona centro de la República Mexicana, es conocido, entre muchas cosas, por sus amplias regiones de bosque y selva tropical, entre ellas, la Sierra Norte, que alberga un total de 65 municipios, tales como Ahuacatlán, Chignahuapan, Huitzilan de Serdán, Tepango de Rodríguez, Zacapoaxtla, Zacatlán de las Manzanas, solo por mencionar algunos.
Pero esta ocasión quiero hablar sobre un pequeño municipio que, aunque no está catalogado como pueblo mágico, quien lo visite no podrá negar que realmente ahí abunda la magia.
Colindante con municipios como Ixtepec, Xochitlan de Vicente Suarez, Zongozotla, entre otros y con una superficie total de 20.30 km2., se encuentra Zapotitlán de Méndez, cuyo nombre tiene su origen en el dialecto náhuatl que significa “Lugar donde abundan los zapotes” y Méndez en honor al ex gobernador del estado y presidente de México, Juan Nepomuceno Méndez.
Zapotitlán, es un pueblo lleno de costumbres y tradiciones, entre las que destacan el festejo del día de todos los santos, la noche de panteón, la procesión de semana santa, el baile de los huehues etc. Pero en esta ocasión nos centraremos en la celebración del día de “todo santos”.
Dando inicio a la celebración, como cada año, el día primero de noviembre, todo inicia con la preparación de la ofrenda familiar, la cual, se compone de elementos específicos, como un gran arco hecho de carrizo, decorado con hojas verdes de papatla y en el centro una guía de flor de cempaxúchitl, mientras que en la mesa no puede faltar el pan típico de la región, un delicioso café de olla, tamales, agua, sal y la comida favorita de los difuntos. Después, en el piso, no puede faltar el incienso quemándose y la línea de pétalos de flor de cempaxúchitl que recorre desde el altar, hasta la entrada principal de la casa, para guiar el alma de los difuntos al lugar donde los están esperando.
Siguiendo con la celebración, el pueblo entero se organiza para realizar el concurso de lanzamiento de globos, cada uno es realizado con una base circular hecha de carrizo y alambre, la cual debe ser capaz de sujetar también la mecha que posteriormente se incendiará y será la responsable de elevar al globo por el cielo. Después, el cuerpo de los globos es construido con papel china de diferentes colores, dando forma a diferentes figuras, desde estrellas, figuras religiosas, o personajes de caricaturas, en los que se ocupan más de 10,000 pliegos de papel china y algunos incluso llegan a medir más de 10 metros de altura.
La celebración de la vida que honra a los muertos, Esta es una tradición que se remonta a cientos de años atrás, con nuestros antepasados en las diferentes culturas que vivieron en nuestro país, una tradición que sigue vigente hasta nuestros días, con la que, principalmente las generaciones mayores se sienten identificadas y llenas de orgullo, tradición que tratan de transmitir a los más jóvenes para mantenerla viva. Esta es la fecha más importante del año para los habitantes de Zapotitlán de Méndez. Una bella forma simbólica para los que seguimos en la tierra, con la que recordamos a nuestros seres queridos que han fallecido, que nos ayuda a sentir que su alma sigue presente y con la que podemos enviar nuestras plegarias y buenos deseos al cielo.
Un noble campanero que repica las campanas día y noche, anuncia el inicio de la celebración y la llegada de los espíritus, acto que es realizado durante las 48 horas del día primero y el día dos de noviembre. Una noche previa cada familia ha dejado preparada su ofrenda para dar la bienvenida a sus difuntos. Durante el día primero, al son de las campanas las ofrendas permanecen con un gran esplendor, mientras que un miembro de cada familia visita la torre del campanario para llevarle al campanero un poco de comida y agua, en muestra de agradecimiento por su labor. El primer día ha terminado, pero el espíritu de los difuntos sigue presente, en cada casa, en cada calle, en cada vereda, en el corazón de sus seres queridos. Así es como el día dos, todos se unen para despedir a sus difuntos, con una visita por la noche al panteón, en donde el sacerdote oficia una misa y después cada familia se reúne en el lugar donde descansan los restos de su familiar, mientras que decoran su tumba, rezan y platican con los espíritus de sus difuntos como si se tratase de una persona que tienen frente a frente, para finalmente despedirlo, no sin antes recordarles que nunca los olvidarán y que los esperan el próximo año.
En la vida, algunas tradiciones cambian con el paso del tiempo y otras las conservamos de manera intacta, al igual que vamos creando otras nuevas. Pero ¡México! nuestro país, es un lugar lleno de tradiciones que no podemos ignorar, con las que vivimos nuestro día a día y forman parte de nuestra identidad. Algunas las compartimos a nivel nacional y otras específicas de cada estado o alguna de sus regiones, pero eso es lo que nos convierte en un país lleno de diversidad y cultura. Mantengamos vivas nuestras tradiciones.
Pero esta ocasión quiero hablar sobre un pequeño municipio que, aunque no está catalogado como pueblo mágico, quien lo visite no podrá negar que realmente ahí abunda la magia.
Colindante con municipios como Ixtepec, Xochitlan de Vicente Suarez, Zongozotla, entre otros y con una superficie total de 20.30 km2., se encuentra Zapotitlán de Méndez, cuyo nombre tiene su origen en el dialecto náhuatl que significa “Lugar donde abundan los zapotes” y Méndez en honor al ex gobernador del estado y presidente de México, Juan Nepomuceno Méndez.
Zapotitlán, es un pueblo lleno de costumbres y tradiciones, entre las que destacan el festejo del día de todos los santos, la noche de panteón, la procesión de semana santa, el baile de los huehues etc. Pero en esta ocasión nos centraremos en la celebración del día de “todo santos”.
Dando inicio a la celebración, como cada año, el día primero de noviembre, todo inicia con la preparación de la ofrenda familiar, la cual, se compone de elementos específicos, como un gran arco hecho de carrizo, decorado con hojas verdes de papatla y en el centro una guía de flor de cempaxúchitl, mientras que en la mesa no puede faltar el pan típico de la región, un delicioso café de olla, tamales, agua, sal y la comida favorita de los difuntos. Después, en el piso, no puede faltar el incienso quemándose y la línea de pétalos de flor de cempaxúchitl que recorre desde el altar, hasta la entrada principal de la casa, para guiar el alma de los difuntos al lugar donde los están esperando.
Siguiendo con la celebración, el pueblo entero se organiza para realizar el concurso de lanzamiento de globos, cada uno es realizado con una base circular hecha de carrizo y alambre, la cual debe ser capaz de sujetar también la mecha que posteriormente se incendiará y será la responsable de elevar al globo por el cielo. Después, el cuerpo de los globos es construido con papel china de diferentes colores, dando forma a diferentes figuras, desde estrellas, figuras religiosas, o personajes de caricaturas, en los que se ocupan más de 10,000 pliegos de papel china y algunos incluso llegan a medir más de 10 metros de altura.
La celebración de la vida que honra a los muertos, Esta es una tradición que se remonta a cientos de años atrás, con nuestros antepasados en las diferentes culturas que vivieron en nuestro país, una tradición que sigue vigente hasta nuestros días, con la que, principalmente las generaciones mayores se sienten identificadas y llenas de orgullo, tradición que tratan de transmitir a los más jóvenes para mantenerla viva. Esta es la fecha más importante del año para los habitantes de Zapotitlán de Méndez. Una bella forma simbólica para los que seguimos en la tierra, con la que recordamos a nuestros seres queridos que han fallecido, que nos ayuda a sentir que su alma sigue presente y con la que podemos enviar nuestras plegarias y buenos deseos al cielo.
Un noble campanero que repica las campanas día y noche, anuncia el inicio de la celebración y la llegada de los espíritus, acto que es realizado durante las 48 horas del día primero y el día dos de noviembre. Una noche previa cada familia ha dejado preparada su ofrenda para dar la bienvenida a sus difuntos. Durante el día primero, al son de las campanas las ofrendas permanecen con un gran esplendor, mientras que un miembro de cada familia visita la torre del campanario para llevarle al campanero un poco de comida y agua, en muestra de agradecimiento por su labor. El primer día ha terminado, pero el espíritu de los difuntos sigue presente, en cada casa, en cada calle, en cada vereda, en el corazón de sus seres queridos. Así es como el día dos, todos se unen para despedir a sus difuntos, con una visita por la noche al panteón, en donde el sacerdote oficia una misa y después cada familia se reúne en el lugar donde descansan los restos de su familiar, mientras que decoran su tumba, rezan y platican con los espíritus de sus difuntos como si se tratase de una persona que tienen frente a frente, para finalmente despedirlo, no sin antes recordarles que nunca los olvidarán y que los esperan el próximo año.
En la vida, algunas tradiciones cambian con el paso del tiempo y otras las conservamos de manera intacta, al igual que vamos creando otras nuevas. Pero ¡México! nuestro país, es un lugar lleno de tradiciones que no podemos ignorar, con las que vivimos nuestro día a día y forman parte de nuestra identidad. Algunas las compartimos a nivel nacional y otras específicas de cada estado o alguna de sus regiones, pero eso es lo que nos convierte en un país lleno de diversidad y cultura. Mantengamos vivas nuestras tradiciones.