México es un país con una diversidad cultural enorme, dividido por zonas en las que en cada una en particular se encuentran variaciones significativas en cuanto a gastronomía, costumbres, modismos, creencias, pero sobre todo, gustos musicales.
Cada región tiene sus sonidos, sus ritmos, su música. Si nos desplazamos a la zona sur, encontraremos grandes afinidades que comparte con otros países de Latinoamérica. Eso sucede con la cumbia, ritmos tropicales que adornan a México desde hace algunas décadas como el danzón, el flamenco, la samba, el cha cha cha, son los ritmos del sur.
En el centro, un poquito de todo, influencia de ambos polos, pero con su propia esencia: cumbia, banda, reggaeton, rock, metal, salsa, bachata etc etc.
Sin embargo, en el norte, ocurre algo muy interesante. Lamentablemente compartimos frontera con uno de los países potencia y como tal, es protagonista en el consumo de muchos de los productos de procedencia mexicana. Pero si hay uno de los que más consume Estados Unidos y que proviene de tierras mexicanas, es la droga, kilos y kilos son exportados de forma ilegal a través de la frontera que nos divide y con ello, fueron creadas empresas ilegales mexicanas encargadas de la elaboración, y distribución de la droga a grandes masas.
Esto no es nuevo, desde inicios del siglo XXI cuando se daba la segunda guerra mundial, las fuerzas armadas de Estados Unidos demandaban grandes cantidades de opio por sus efectos narcotizantes. Desde entonces, campesinos de Sinaloa comenzaron a dedicar sus campos para la siembra de esta y otras plantas más. En los años 50, bajo la presidencia de Adolfo Ruiz Cortines, se comenzó a reconocer como un problema, pues detrás de todo este negocio, siempre existió violencia y corrupción, misma que comenzaba a afectar a familias en el norte del país. Sin embargo no fue hasta los años 70, cuando el negocio del narcotráfico tomó fuerza de verdad, aquellos que la comercializaban poseían mucho poder y dinero, mismo que era obtenido de forma ilegal y que por tanto les costaba la vida en muchas ocasiones, haciéndose acreedores de “corridos”, encargados de ilustrar las increíbles hazañas que han realizado durante su ardua e ilegal labor. Corridos como La Reina del Sur, el Carro Rojo, la Camioneta gris entre muchos otros, se han impregnado en el gusto no solo de las personas que están dentro del mundo de la droga, si no también gente común que gusta de este género musical.
Sin embargo, a consecuencia de la llamada guerra contra el narcotráfico, la violencia se incrementó en el norte del país, dejando aproximadamente unos 50 mil muertos y provocando un boom increíble en las ventas de este estilo musical, y no solo del lado de México, lugares como California y Los Ángeles, son fieles consumidores de esta música según el diario Británico The Guardian, ya que al haber aproximadamente 6 millones de latinos e indocumentados mexicanos, algunas bandas como el Komander o BuKanas de Culiacán, fácilmente podrían convertirse en top 10 dentro de la música más escuchada en estos estados.
El nuevo Movimiento Alterado (como ellos lo llaman) no solo expone corridos, se le suman canciones en las que se habla en primera persona y te cuentan la forma en la que estos capos ven el mundo. Matanzas, conflictos armados, dinero, vehículos, mujeres y otros temas más, son expuestos en canciones como “Sanguinarios del M1”, hit característico del movimiento y que definitivamente contienen mensajes explícitos para la juventud. Quintero, veinteañero y nacido en Los Ángeles, canta la misma música, y el mismo dice: “Mi papá me critica, pero es lo que le gusta a la gente de mi edad. Es música que llena antros y conciertos… Somos los que reportan, te estamos diciendo las noticias” afirmó. Estos músicos señalan que muchas de sus rolas están hechas a la orden de comisionados. “Son hombres ricos que aman gastar su dinero y tener bandas tocando para ellos y que gustan de escuchar canciones sobre ellos mismos”, añade.
El mismo Alfredo Ríos, vocalista del Komander ,en un documental para VICE México, menciona: “nosotros no tenemos ninguna relación con el narco, solo somos un canal de expresión para la gente que se encuentra dentro de este mundo”. afirma.
Cada región tiene sus sonidos, sus ritmos, su música. Si nos desplazamos a la zona sur, encontraremos grandes afinidades que comparte con otros países de Latinoamérica. Eso sucede con la cumbia, ritmos tropicales que adornan a México desde hace algunas décadas como el danzón, el flamenco, la samba, el cha cha cha, son los ritmos del sur.
En el centro, un poquito de todo, influencia de ambos polos, pero con su propia esencia: cumbia, banda, reggaeton, rock, metal, salsa, bachata etc etc.
Sin embargo, en el norte, ocurre algo muy interesante. Lamentablemente compartimos frontera con uno de los países potencia y como tal, es protagonista en el consumo de muchos de los productos de procedencia mexicana. Pero si hay uno de los que más consume Estados Unidos y que proviene de tierras mexicanas, es la droga, kilos y kilos son exportados de forma ilegal a través de la frontera que nos divide y con ello, fueron creadas empresas ilegales mexicanas encargadas de la elaboración, y distribución de la droga a grandes masas.
Esto no es nuevo, desde inicios del siglo XXI cuando se daba la segunda guerra mundial, las fuerzas armadas de Estados Unidos demandaban grandes cantidades de opio por sus efectos narcotizantes. Desde entonces, campesinos de Sinaloa comenzaron a dedicar sus campos para la siembra de esta y otras plantas más. En los años 50, bajo la presidencia de Adolfo Ruiz Cortines, se comenzó a reconocer como un problema, pues detrás de todo este negocio, siempre existió violencia y corrupción, misma que comenzaba a afectar a familias en el norte del país. Sin embargo no fue hasta los años 70, cuando el negocio del narcotráfico tomó fuerza de verdad, aquellos que la comercializaban poseían mucho poder y dinero, mismo que era obtenido de forma ilegal y que por tanto les costaba la vida en muchas ocasiones, haciéndose acreedores de “corridos”, encargados de ilustrar las increíbles hazañas que han realizado durante su ardua e ilegal labor. Corridos como La Reina del Sur, el Carro Rojo, la Camioneta gris entre muchos otros, se han impregnado en el gusto no solo de las personas que están dentro del mundo de la droga, si no también gente común que gusta de este género musical.
Sin embargo, a consecuencia de la llamada guerra contra el narcotráfico, la violencia se incrementó en el norte del país, dejando aproximadamente unos 50 mil muertos y provocando un boom increíble en las ventas de este estilo musical, y no solo del lado de México, lugares como California y Los Ángeles, son fieles consumidores de esta música según el diario Británico The Guardian, ya que al haber aproximadamente 6 millones de latinos e indocumentados mexicanos, algunas bandas como el Komander o BuKanas de Culiacán, fácilmente podrían convertirse en top 10 dentro de la música más escuchada en estos estados.
El nuevo Movimiento Alterado (como ellos lo llaman) no solo expone corridos, se le suman canciones en las que se habla en primera persona y te cuentan la forma en la que estos capos ven el mundo. Matanzas, conflictos armados, dinero, vehículos, mujeres y otros temas más, son expuestos en canciones como “Sanguinarios del M1”, hit característico del movimiento y que definitivamente contienen mensajes explícitos para la juventud. Quintero, veinteañero y nacido en Los Ángeles, canta la misma música, y el mismo dice: “Mi papá me critica, pero es lo que le gusta a la gente de mi edad. Es música que llena antros y conciertos… Somos los que reportan, te estamos diciendo las noticias” afirmó. Estos músicos señalan que muchas de sus rolas están hechas a la orden de comisionados. “Son hombres ricos que aman gastar su dinero y tener bandas tocando para ellos y que gustan de escuchar canciones sobre ellos mismos”, añade.
El mismo Alfredo Ríos, vocalista del Komander ,en un documental para VICE México, menciona: “nosotros no tenemos ninguna relación con el narco, solo somos un canal de expresión para la gente que se encuentra dentro de este mundo”. afirma.