Mi experiencia en Cholula
Por Nayely Amalia Andrade Cossío
Mi amiga me invitó a salir la semana pasada y las dos pensábamos qué lugar podría ser el más conveniente para despejarnos y salir de la rutina cotidiana. Las dos estábamos decididas de ir a Cholula. Así que me fui preparando y claro que no podía olvidar mi cámara para tomar muchas fotos del sitio.
Vi a mi amiga en el Paseo Bravo y nos fuimos a la terminal para tomar el autobús que va a Cholula. Al llegar al centro de la zona íbamos viendo variedad de locales de artesanías, venta de ropa y restaurantes. Todas las calles se ven tan coloridas. Posteriormente al llegar al parque, logré identificar los famosos portales donde se encuentran muchos restaurantes. Se aprecia una bella vista en el quiosco del parque, un dato novedoso es que hay ardillas sueltas inmersas en los árboles. Al caminar por las calles llamó nuestra atención un restaurante-bar llamado "Casa Linaloe" que al pasar nos quedamos observando qué tiene adentro. Entramos a pedir permiso para tomar unas fotos. Los dueños nos lo permitieron y entramos a la terraza donde se aprecia una vista increíble de Cholula y de la iglesia en el cerro. Quedamos maravilladas. Al terminar de tomar las fotos, fuimos al restaurante y pedimos dos mojitos, una bebida, que es la especialidad del lugar. Fueron muy amables y salimos admiradas de la vista. Visitamos el museo de Cholula en el cual ingresamos gratis con nuestras credenciales. Es impresionante saber tanta historia de Cholula. El apartado que más me gustó es el cuarto donde están los murales de los bebedores y los chapulines. |
Después fuimos a la zona arqueológica. Cabe destacar que al mostrar nuestra credencial de estudiantes también nos dejaron entrar gratis y comenzó nuestro recorrido por los túneles. Al momento de entrar logramos observar en este sitio muchos túneles cerrados. Luego continuamos por el camino y hubo un momento que sentía que no tenía un fin y sentí que mi respiración se me iba, pero continúe caminando hasta llegar a la salida.
Fue impresionante ver aquel lugar lleno de pasadizos que tiene una gran historia. Seguimos nuestro camino a las pirámides de Cholula en las cuales parecíamos exploradoras debido a que la subida a la gran pirámide de la Iglesia tiene muchos escalones los cuales, admito fueron pesados, pero me encantó. Sí que se hace ejercicio al subir y lo que vale la pena es llegar hasta arriba y observar la bella ciudad. Nos quedamos un buen rato ahí tomando fotos. Al bajar, quedamos muy contentas con nuestra experiencia en tan agradable lugar. Para finalizar el viaje pasamos a comprar recuerdos y comer en un restaurante llamado la “Estación” en donde tomamos fotos de la vista de los portales y la fuente principal del parque que se logra captar desde una pequeña terraza con la que cuenta el sitio. Al final nos despedimos y nos fuimos muy contentas a nuestras casas con nuestro pequeño viaje, que fue interesante y divertido. |