Marco Velazquez, uno de los docentes más prestigiosos del Colegio de Historia de la BUAP, se ha solidarizado públicamente con la doctora Anel Hernández Sotelo, a quien el 27 de abril pasado, diez de sus colegas le negaron la posibilidad de ser recontratada como docente a tiempo completo. Tras una votación que no estaba anunciada en el orden del día, un grupo mayoritario de profesores votó para que Hernández fuera despojada de sus materias, con lo cual queda en inminente riesgo de perder su plaza, ganada en 2016 por concurso de oposición.
En su carta, Velazquez afirma que el 27 de abril, los diez votantes violaron el Reglamento de Ingreso, Permanencia y Promoción del Personal Académica (RIPPA). En su carta, el decano del Colegio de Historia califica como falso al argumento esgrimido por los violadores del RIPPA en el sentido de que Hernández no tiene el perfil idóneo para trabajar allí. Agrega que este acto forma parte del clima autoritario impuesto en el Colegio de Historia por el Director de la Facultad de Filosofía y Letras, Ángel Xilocotzi.
Velazquez rinde tributo a los estudiantes que fueron los únicos que reaccionaron ante el atropello, tomando el edificio entre el 3 y el 17 de mayo. "Todo mi reconocimiento y orgullo por esos jóvenes", escribe. La acción de protesta sería la más importante ocurrida en la institución en los últimos 40 años.
Velazquez lamenta que el Consejo de Unidad Académica se haya convertido en "Procuradoría de Justicia, Secretaría de Trabajo y Sistema Judicial", lo cual mostraría "la ambición de poder" del Director de la Facultad.
Sobre la principal víctima de este proceso, Velazquez señala: "La doctora Anel Hernández reunió y reúne el perfil requerido, es doctora con trayectoria académica, es perfil PRODEP, es integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y del Padrón de Investigadores VIEP, además goza del aprecio y reconocimiento de los alumnos".
Al final de su carta, Velazquez caracteriza así lo hecho el 27 de abril: "No solo violentaron la normatividad institucional, usurpando funciones que no les correspondían, sino que pusieron en cuestionamiento los valores que debieran prevalecer en los universitarios y, en general, en todo ciudadano".
En su carta, Velazquez afirma que el 27 de abril, los diez votantes violaron el Reglamento de Ingreso, Permanencia y Promoción del Personal Académica (RIPPA). En su carta, el decano del Colegio de Historia califica como falso al argumento esgrimido por los violadores del RIPPA en el sentido de que Hernández no tiene el perfil idóneo para trabajar allí. Agrega que este acto forma parte del clima autoritario impuesto en el Colegio de Historia por el Director de la Facultad de Filosofía y Letras, Ángel Xilocotzi.
Velazquez rinde tributo a los estudiantes que fueron los únicos que reaccionaron ante el atropello, tomando el edificio entre el 3 y el 17 de mayo. "Todo mi reconocimiento y orgullo por esos jóvenes", escribe. La acción de protesta sería la más importante ocurrida en la institución en los últimos 40 años.
Velazquez lamenta que el Consejo de Unidad Académica se haya convertido en "Procuradoría de Justicia, Secretaría de Trabajo y Sistema Judicial", lo cual mostraría "la ambición de poder" del Director de la Facultad.
Sobre la principal víctima de este proceso, Velazquez señala: "La doctora Anel Hernández reunió y reúne el perfil requerido, es doctora con trayectoria académica, es perfil PRODEP, es integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y del Padrón de Investigadores VIEP, además goza del aprecio y reconocimiento de los alumnos".
Al final de su carta, Velazquez caracteriza así lo hecho el 27 de abril: "No solo violentaron la normatividad institucional, usurpando funciones que no les correspondían, sino que pusieron en cuestionamiento los valores que debieran prevalecer en los universitarios y, en general, en todo ciudadano".