Aproximadamente 24 millones de personas en México, hombres y mujeres, casi la cuarta parte de la población hasta 2015, se dedica a actividades agrícolas. Además: “…de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), la participación de la agricultura en el producto interno bruto (PIB) nacional es de 4%, pero su incidencia en el desarrollo económico y social del país es mayor, pues prácticamente toda la producción de alimentos se origina en este sector (incluyendo la pesca), siendo fundamental en la seguridad alimentaria, el costo de vida y el ingreso real del conjunto de la población”. (Inegi, 2016).
La labor del campesino empieza desde muy temprano, desde las 4 o 5 de la mañana, jornada que rebasa las 8 horas de trabajo, el cual generalmente suele ser de lunes a domingo.
Los campesinos trabajan bajo muchas inclemencias del clima y temperaturas extremas, tienen que soportar tormentas de lluvia, el sol que quema como fuego, y el frío que cala hasta los huesos. Estas personas arriesgan su vida cuando se exponen a estas condiciones, cuando viajan a sus campos que muchas veces están a grandes distancias de sus hogares y lo tienen que hacer en sus bicicletas o remolques jalados por sus caballos, machos, burros o yeguas.
El trabajo en el campo es todo un proceso en el que importan los tiempos de siembra, la tierra, las temporadas de lluvia que son las mejores o las de sequía en las que la situación de los campesinos empeora, y desde luego toda la labor que implica esfuerzo día con día.
Todo lo anterior lo tienen que soportar porque tienen familias que sustentar, y porque desafortunadamente no tuvieron la oportunidad de tener una educación mayor a la de primaria, por lo tanto sus antepasados les tuvieron que enseñar a trabajar de esta manera, no para tener lujos, sino para poder tener apenas lo básico, ni siquiera lo necesario.
Platicando con el Sr. Eligio Salazar, campesino originario de Chalchicomula de Sesma, Puebla, México; él comenta: El campo es una labor que se debería valorar más y dar apoyo a las personas que al igual que yo trabajan en el campo, pues yo pienso que gracias a nuestro trabajo las personas de nuestro pueblo tienen que comer. Muchos piensan que por tener estudios de universidad no requieren de nuestro trabajo, pero si no lo hiciéramos nosotros ¿qué comerían ellos y nosotros? Deberían valorarnos y pagarnos mejor los productos que cosechamos pues en el campo es difícil trabajar y no cualquiera aguanta lo que se debe hacer.
La situación puede cambiar si se valorara más el esfuerzo de estos trabajadores de campo. Trabajar en esto es muy complicado y desgastante de forma física y mental, porque así como hay que resistir el clima y poner en riesgo la vida, de igual manera hay preocupación y espera en el clima y en que al fin de la siembra se logre obtener el pago justo.
Los mexicanos dependemos del trabajo de nuestros campesinos, por lo que se debería buscar la forma de apoyarles desde el ámbito social en el que nos encontremos. Gracias a ellos tenemos productos que comer, por lo que debemos apoyarlos, valorarlos, respetarlos y no permitir que la remuneración de su esfuerzo siga siento baja.