Kati Horna nace en 1912 en Budapest, Hungría, en el abrigo de una familia judía de clase alta. Es conocida como una anarquista y la fotógrafa más comprometida, valiente y temeraria con el pueblo español en la época de la Guerra Civil. Ella es un referente de la historia del país, personaje que llevó a la prensa a otro nivel y de la cual su vida acompaña la búsqueda de los españoles por su libertad. 17 de julio de 1936 es la fecha que dio pauta al conflicto social, político y bélico que llevaría años más tarde a España a la crisis económica. Durante esta época, Horna prefirió retratar a los niños, jóvenes, hombres, mujeres y ancianos que día a día sufrieron los daños duros y brutales colaterales que provocaron los frentes de batalla. Desde joven la fotógrafa fue activa y buscaba aprender y conocer nuevas experiencias. En 1930, a sus 19 años, viajó a Berlín donde participó en manifestaciones ante las advertencias del nacimiento del nazismo, con lo que demostraba ya su hambre de lucha. Allí conoció al alemán antifascista Bertolt Brecht. Ella se definió siempre como una “obrera del arte”, quien colocó el factor humano ante toda situación. Entre sus obras se pueden observar desde personas relacionadas con la milicia hasta madres amamantando, con un objetivo claro, el de encontrar a la humanidad entre tanta barbaridad. Una de sus obras más famosas es la de Navidad en España de 1937, en la que se puede observar la leyenda “Cristo se va y dice: ‘desde hoy no seré yo el símbolo de sufrimiento” acompañado de esqueletos resultados de un bombardeo. En el 39, Kati se fue a México con el artista José Horna. Muchas fotografías se quedaron en España, aunque, años más tarde, le fueron regresadas. En esa época conoció a varios personajes del ámbito artístico como Leonora Carrington y Remedios Varo, o el arquitecto Mathias Goeritz. El legado de Kati Horna nunca se olvidará, más con la técnica que se puede observar en sus obras y el reflejo de la soledad que congela en cada uno de los disparos de su cámara.