“No hay nada peor que la imagen nítida de un concepto difuso”. Ansel Adams
El fotoperiodismo es considerado como una rama del periodismo, éste cumple la finalidad de poder representar y comunicar acontecimientos, hechos o sucesos de carácter noticioso, a partir del uso de fotografías.
Esta rama del periodismo ha sido de suma importancia en el mundo de la prensa y otros medios de comunicación, porque a partir de las fotografías impresas o digitales no sólo llega a todos un simple texto que, tal vez, se podría pensar es ficción. Con las fotografías se puede conocer cualquier acontecimiento que, por tiempo y espacio, no siempre se puede ver en viva imagen. Con éstas y el periodismo podemos estar al tanto de lo que no está cerca de nosotros, lo que pasó hace mucho tiempo o lo que nuestros ojos nunca habían visto ni creyeron ver.
Desde sus inicios hasta la fecha, el fotoperiodismo ha crecido exponencialmente, a tal grado de que un sólo género no bastó para poder retratar la verdad. Según Burtica y Rondón (2012) actualmente existen nueve géneros del fotoperiodismo. Según la información que quieren captar, éstos son: de política, cultura, espectáculos, economía, deportes, notas insólitas, arte, ciencia, y policial o rojo; todos con una gran importancia para la sociedad.
Este trabajo se centra en el fotoperiodismo rojo debido al riesgo de su práctica y a la falta de apoyo en México.
El fotoperiodismo no sólo cobró importancia a nivel mundial, sino también en varios países, entre ellos México. Ávila (2010) menciona que la práctica del fotoperiodismo en nuestro país inició en 1910 durante el movimiento de lucha armada, es decir, durante la Revolución Mexicana. El fotoperiodismo surgió en esta época como una inquietud colectiva, pues fue utilizado como una forma de demanda social en la cual los fotógrafos buscaban retratar la realidad de esos tiempos. Dicha realidad conformada por un Gobierno dictador, lucha de hombres y mujeres que buscaban defender lo que era suyo, y grupos sociales a cargo de caudillos que, pretendían acabar con la dictadura para lograr un bien común a partir de la formación de un Nuevo Estado. México estaba atravesando por una fuerte inestabilidad política, social y económica, lo que exigía, ser retratado para poder convencer a todo el pueblo de participar en esta lucha social. Los fotoperiodistas no pretendían obtener recursos económicos, querían que la fotografía informara, se viera y dijera algo.
En el comienzo del fotoperiodismo en México se llegó a prohibir la publicación de algunas imágenes e incluso información porque al Gobierno o a grupos políticos-sociales no les convenía. No se tiene registro de que hayan asesinado a fotoperiodistas, pero tal parece que esa prohibición fue el inicio de buscar impedir la libertad de expresión, a tal medida que hoy en día es una de las prácticas profesionales más peligrosas. “Los fotoperiodistas mexicanos son de los mejores del mundo; lo arriesgan todo”, mencionan Gómez Emily y Ureste Manuel (2013: párr. 16).
Según estadísticas que recuperó Pavan (2011) y que actualmente siguen así, después de Irak y de Somalia, Colombia, México, Rusia, Nepal y Filipinas son algunos de los países que forman parte del ranking de muertes e inseguridad por la práctica del periodismo y fotoperiodismo.
Es bastante preocupante el saber que los practicantes de una profesión que busca mostrar la realidad que la sociedad necesita, tengan que desarrollarse en contextos en los que arriesgan su vida. Además, Valtierra (2010, párr. 4) agrega que:
El fotógrafo de prensa no puede conformarse con cumplir. No puede pensar que su trabajo es sólo llegar, tomar una foto y marcharse. Para convertirse en los ojos de quienes ven los diarios, el fotógrafo tiene que involucrarse, saber su cuento, conocer la historia, mantener el respeto, permitir que los demás se conmuevan, se enojen, se informen, se indignen, se sonrían. En fin, que comprendan.
El fotógrafo en el periodismo siempre busca ser los ojos de los demás, busca dar lo mejor de sí, no es conformista, pero desafortunadamente, está expuesto a muchos peligros, por lo que hoy todo aquel que tiene interés en ser fotoperiodista se cuestiona si es prudente.
Al practicar actualmente el fotoperiodismo en México, se corren múltiples riesgos, uno de ellos es la amenaza al fotoperiodista y a su familia. Cuando la fotografía de un periodista gráfico es publicada en algún periódico o exhibida en la televisión, millones de ojos la están viendo y, ciertamente no sólo la ven, más bien la critican. Hay fotografías que para muchos es un gran gusto que sean publicadas por el hecho de que les beneficia en algo, pero para otros es completamente una falta de respeto mostrar situaciones que no les convienen o dañan su imagen, aunque sólo se esté mostrando la realidad. Es en este punto donde las personas u organizaciones a las que no les parce bien que muestren su realidad, empiezan a amenazar a quien tomó la fotografía e incluso a su familia, con el fin de que la retire o declare públicamente que fue una mala interpretación, aún cuando no sea así. Cuando un practicante del fotoperiodismo no retira la imagen que publicó, quien lo amenaza, ya no sólo se queda con avisos para que se arrepienta, sino que manda a agredirlo físicamente. Estos ataques no sólo son para que el fotoperiodista borre la fotografía o se retracte de lo dicho, eso es mentira, lo hacen con el fin de acabar con el fotoperiodista y, por consiguiente con lo que retrató y dijo. Otro de los riesgos más comunes son los secuestros. Cuando los fotoperiodistas son amenazados constantemente, sobreviven a ataques y, aún así no se retractan por haber publicado alguna imagen, los amenazadores dan otro paso. Los secuestros de las familias de los periodistas gráficos, son otra alternativa horrible que ocupan para poder extorsionar al fotógrafo a cambio de desaparecer la imagen. Pero también secuestran al fotoperiodista para maltratarlo, sacarle información de una forma cruel y extorsionar económicamente a su familia a cambio de su vida y libertad. Después de que las personas u organizaciones que no están de acuerdo con alguna fotografía o información, no lograron deshacerse de estas, hacen lo peor y lo más temido para cualquier practicante del fotoperiodismo o periodismo: buscan acabar con la vida de su mayor enemigo, matan a aquél que sólo retrató o mostró la verdad. Tan sólo a finales del 2012:
Con el incremento de la violencia en México, los ataques contra periodistas son desmedidos: 110 reporteros, editores y fotógrafos han sido asesinados […] y 14 están desaparecidos. Además, 39 medios de comunicación fueron atacados con armas de fuego o explosivos, a partir de 2006, y los reporteros siguen recibiendo agresiones de todo tipo (García, 2012: párr. 1).
Hoy por hoy, en México han crecido las cifras, hay cada vez más trabajadores del periodismo que desaparecen, son atacados o asesinados, por lo que García (2012) dice que los panteones están llenos de héroes, mismos que pagaron con su vida el hecho de mostrar información verídica.
“México está sumido en una de sus peores crisis sociales y son los fotoperiodistas de las pocas personas que nos pueden abrir los ojos ante esta situación”, señala Montejo (2016: párr. 14).
Entonces, si el fotoperiodismo tiene tantos riesgos, ¿por qué sería importante practicarlo? Es cierto que existen peligros y, probablemente no desaparezcan, no de forma rápida, pero podrían disminuir con la misma práctica de éste. Mientras más fotoperiodistas haya, quedará claro que asesinarlos no tiene sentido.
Se debe buscar retratar la verdad, no al grado de arriesgar la vida, pero sí al de no perder el interés social. Cuando uno ejerce esta profesión, debe hacerlo tomando las precauciones debidas.
No sólo nos debemos quejar, también debemos actuar y, una forma es practicando el fotoperiodismo de manera ética, objetiva, crítica y comprometida.
¿La muerte del periodismo? ¡Cuidado! ¡Es la muerte de la democracia! Arcadi Espada
Fotografía recuperada de Univision Noticias
Agradecimiento a bibliografía:
Ávila Cano, Arturo (2012) “Historia del fotoperiodismo en México”. En El fotoperiodismo. [http://elfotoperiodismo.blogspot.mx/2012/05/historia-del-fotoperiodismo-en-mexico.html], consultado el 10 de Abril de 2016.
Buritica, María C. y Rondón, Elisa M. (2012) “La noticia”. En SlideShare. [http://es.slideshare.net/ElisamariaDN/la-noticia-13067891], consultado el 17 de Abril de 2016.
García, Carmen (2012) “Peligros del periodismo en México: De héroes están llenos los panteones”. En Revista mexicana de comunicación. [http://mexicanadecomunicacion.com.mx/rmc/2012/10/22/peligros-del-periodismo-en-mexico-de-heroes-estan-llenos-los-panteones/], consultado el 8 de febrero de 2016.
Gómez, Emily y Ureste, Manuel (2013) “En México, los fotoperiodistas lo arriesgan todo”. En Animal Político. [http://www.animalpolitico.com/2013/01/el-problema-de-hacer-fotoperiodismo-en-mexico-es-que-no-ves-de-donde-viene-el-peligro-louie-palu/], consultado el 8 de febrero de 2016.
Montejo, Iván (2016) “Crueles historias que sólo pueden ser contadas por los fotógrafos de guerra en México”. En Cultura Colectiva. [http://culturacolectiva.com/crueles-historias-que-solo-pueden-ser-contadas-por-los-fotografos-de-guerra-en-mexico/], consultado el 19 de Abril de 2016.
Pavan, Bárbara (2011) “Los países más peligrosos para el fotoperiodismo”. En Hipertextual. [http://hipertextual.com/archivo/2011/09/los-paises-mas-peligrosos-para-el-fotoperiodismo/], consultado el 8 de Abril de 2016.
Valtierra, Pedro (2010) “Reflexiones sobre el fotoperiodismo contemporáneo en México”. En Cuartoscuro. [http://cuartoscuro.com.mx/2010/02/reflexiones-sobre-el-fotoperiodismo-contemporaneo-en-mexico/], consultado el 8 de febrero de 2016.