Por: Diana Barbosa Como todos los domingos, mi familia y yo estamos reunidos. Todos estamos sentados en la sala de la abuela, escucho al reloj sonar tic, tac, tic, tac, una y otra vez. Miro alrededor, todos están aquí, pero parece que estoy completamente sola en un cuarto vacio. Mis primos, mis tíos, mis hermanos llevan horas viendo las pequeñas pantallas de sus celulares. Me pregunto si realmente a esto se le puede llamar convivencia familiar. La tecnología, sin duda, es una herramienta poderosa. Algunas veces fortalece la comunicación y algunas otras veces, la destruye. ¿Comer tecnología? ¿Cómo pueden hacerlo? Mi abuela nos solía criticar a todos los que éramos dependientes del celular, de la tablet o del ordenador, ahora ella es parte de esto. Se la pasa enviando cadenas por Whatsapp. ¿Esta es nuestra nueva cultura? ¿Realmente queremos esto? Conforme pasa el tiempo la forma de vivir va cambiando, me tocó vivir en un mundo globalizado de tecnología. A veces quisiera que me hubiera tocado otra época. Los lazos familiares se van rompiendo, las largas charlas con mi abuela ahora son por mensaje. Llegó la hora de comer, la expresión de mi prima siempre es la misma, con cara de fastidio. Parece que ella es más feliz comiendo con la compañía de su celular, no la juzgo, es su forma de vivir, sin embargo no puedo acostumbrarme a eso. Me llegó un olor a quemado, ese olor provenía de la cocina. Efectivamente a mi abuela se le habían quemado los frijoles, una notificación de facebook la distrajo. Tuve que ir corriendo a apagarlos, ya que ella seguía sin darse cuenta. Una vez más, todos y nadie en la mesa. Por un momento pensé que esto era una broma de mal gusto en contra mía, lo hubiera preferido, pero esto era real. Lamento darme cuenta hasta ahora. Comenzamos a comer, al arroz le hacía falta sal. La sal estaba al otro lado de la mesa, junto a mi prima. Le dije amablemente que me la pasara, ni siquiera me miró, solo hizo una mueca y me pasó la pimienta. Comencé a reír, todos me miraron y me preguntaron si había visto algún meme nuevo. Por un largo tiempo comía tecnología, todos los días desde la mañana hasta en la noche. Ahora me doy cuenta de que el mundo no gira alrededor de un dispositivo electrónico, ahora me doy cuenta de que necesitamos ser independientes de ellos. La tecnología no es mala, pero bien dicen “Todo en exceso hace daño”. He decidido que quiero una cultura libre de excesos tecnológicos. ¿Y tú?