En las vacaciones pasadas visité una ciudad que es generosa, moldeable, fértil, de gran tamaño, pero a la vez muy acogedora. San Cristóbal de las Casas se fundó en marzo de 1528 como un pueblo reservado para los españoles. En la actualidad es un municipio del sureste mexicano localizado en la región socioeconómica cinco denominada Altos en el estado de Chiapas. Investigué mientras me dirigía a ese lugar, por ello el celular me advertía que el clima sería completamente frío debido a que el poblado está a 2,100 metros de altura.
Primer día: Me encontraba a las afueras de la terminal de autobuses esperando quien pudiera guiar la primera gran aventura que iba a vivir por esta bella ciudad. Con la ayuda de mi mapa y un locatario, conocería y me enamoraría de esta primera parada.
Esta primera parada sería la catedral de San Cristóbal de las Casas encontrada frente a la plaza principal. Quedé sorprendida por los colores tan famosos que distinguen al lugar, así como de la extensión de ésta. El templo anteriormente tenía otro nombre “Iglesia de la Asunción”, pues su construcción inició aproximadamente en el siglo XVII y finalizó en el XX. Dentro de esta catedral me encontré con pinturas de Juan Correa, Miguel Cabrera y Eusebio de Aguilar.
Mi guía turística narraba que en 1528 este lugar había sido fundado por los españoles, y se convirtió en un importante centro intelectual, cultural y religioso. Con un carácter transgresor y artístico, es obvio que me encontraba en un destino popular para los viajeros internacionales y extranjeros.
Cerca de esta iglesia tenemos el conocido zócalo llamado plaza 31 de marzo, sitio que fue importante en la época colonial ya que era el punto de encuentro para todas las actividades económicas en el pueblo como el intercambio de mercancías, el abasto de agua y los actos cívicos.
Mi travesía me llevaba cada vez a adentrarme más en la historia y las calles de este sitio. Recuerdo que en el zócalo se encontraba un sonido peculiar que mis oídos distinguían, era como la madera chocando consigo misma, con armonía de marimba muy característica de esta región. Continúe caminando unos metros más y encontré el andador turístico de Guadalupe, lo atractivo de éste es que te permite observar las características de la arquitectura citadina y de los comercios de lugar.
Aquí logré sacar fotografías, tomar un buen café regional y divertirme en la gran diversidad de bares que se encuentran en esa zona.
Antes de emprender mi segunda aventura, me informé bien de lugares turísticos en este pueblo. Me contaron de una zona muy alta donde se encuentra la iglesia del cerro de Guadalupe, que está rodeada de una plaza arbolada. Para llegar al lugar de religiosidad, caminé hasta llegar a ese sitio, y vaya que es cansado ascender al lugar, ya que tienes que subir por 79 escalones. Entre comentarios escuchaba que la iglesia está conformada de una sola nave con capilla lateral y fue construida en 1834. Desde ahí se puede apreciar una hermosa vista de San Cristóbal de las Casas, el pueblo colonial mejor conservado en Chiapas.
En mi día dos y continuando con mi aventura, el lugar que visité fue la Enseñanza, que representa una de las escuelas de este pueblo que se volvió uno de los centros más importantes para la educación mexicana y ahora es administrada por el Fondo de Cultura Museo Na Bolom.
El Museo Nabolom tiene por significado “la casa del jaguar” en la lengua indígena Toztzil. El museo es parte de una organización civil muy grande que tiene varios proyectos, es una casa que se construyó en el siglo XIX, lugar que fungía como seminario católico, sin embargo nunca la terminaron.
El lugar también cuenta con un Jardín Botánico creado por Gertrude Duby Blom tomando el tema de la selva Lacandona con especies que conoció en su expedición por distintas regiones de Chiapas.
En mi tercer día de aventura conocí otro andador turístico nombrado "del Carmen" por la iglesia que se encuentra en ese mismo sentido. Ahí hay una panadería francesa cuyo nombre es ¡Oh la la!, famosa por su muy buen pan artesanal. Luego recorrí otro lugar denominado Templo de Santo Domingo considerado por muchos el más bonito de todo el estado de Chiapas y vaya que lo es. Tiene una espectacular fachada en donde se aprecian distintas figuras, en su interior se encuentra un púlpito que está tallado en una sola pieza de roble. La parte del convento está dividida en dos museos, uno en donde se abarca toda la historia arqueológica como la llegada de los españoles a la ciudad y en el segundo se encuentra todo lo relacionado a lo textil bajo el patrocinio de City Banamex. El único defecto que logré encontrarle a este sitio es que no te permiten sacar fotografías para evitar la clonación de los diseños de vestuarios.
A las afueras del convento encontré un mercado permanente de artesanías como la ropa que es bordada ya sea por las manos de mujeres indígenas o por los telares de las comunidades del estado. Aquí tropecé con un vendedor muy amable, quien me ofrecía un hermoso pulso de ámbar a un precio accesible, me gustó tanto que no lo pensé mucho para acceder a él, considerando que la compra era de confianza y calidad.
Para el cuarto día, otro lugar que no debes dejar pasar por desapercibido es el Mercado de Dulces típicos. Ofrece una gran variedad para que endulces tu visita y conozcas parte de la cultura de la entidad a través de sus postres.
Hay una diversidad de artículos artesanales decorativos y vestimentarios. Los dulces más famosos de la región son el de calabaza, turrones, melcocha, puxinú, gaznate, cocadas, chilacayote, nuégado, el de cacahuate, empanadas de leche y pan dulce.
Aquí también disfruté de un rico ponche al estilo y sabor del sureste, asimismo encontré más artesanías y recuerdos de todo el estado, el bordado de blusas artesanales y la joyería realizada con ámbar como también la piedra de jade.
Un locatario pudo notar que estaba atenta a cada una de las recomendaciones para distinguir una joyería original de ámbar de una pirata, pues como es común nos encontramos con trabajadores que engañan a los turistas, es por eso que decidí comprar otra pulsera y comparar ambas compras.
El locatario mencionó que san Cristóbal de las Casas es un lugar dedicado a la producción de artesanías, una de las más destacadas es el ámbar, que se obtiene de una resina de los árboles, con ella se pueden hacer aretes, collares, pulseras, llaveros, dijes, etc. Para reconocer si la piedra es falsa, son importantes las siguientes observaciones: el ámbar tiene un peso muy ligero, es resistente al fuego y tiene un brillo especial ante la luz de neón, por ello su precio es algo elevado.
Mi último día fue para encontrarme con una amiga, quien me llevaría a recorrer las hermosas calles de colores que dan magia a este hermoso pueblo, con sus calles empedradas que ascienden y descienden, como un recorrido por las montañas, entre reducidas y angostas avenidas pintadas con expresiones que dan realismo y vida a los murales, entre tantas fotos, ahí me encontraba yo, cumpliendo una aventura más.
Estoy segura de que me hicieron falta más días para conocer y probar más de este hermoso lugar que brinda toda la tranquilidad y comodidad para vacacionar en pareja, amigos o incluso individualmente, pues es un sitio que tiene vida tanto en el día como en la noche, dado que está en constante movimiento. San Cristóbal de las Casas es un lugar completamente colonial donde su pintura, calles, clima, tradiciones, gastronomía y cultura se fusionan en una acuarela de magia.
Primer día: Me encontraba a las afueras de la terminal de autobuses esperando quien pudiera guiar la primera gran aventura que iba a vivir por esta bella ciudad. Con la ayuda de mi mapa y un locatario, conocería y me enamoraría de esta primera parada.
Esta primera parada sería la catedral de San Cristóbal de las Casas encontrada frente a la plaza principal. Quedé sorprendida por los colores tan famosos que distinguen al lugar, así como de la extensión de ésta. El templo anteriormente tenía otro nombre “Iglesia de la Asunción”, pues su construcción inició aproximadamente en el siglo XVII y finalizó en el XX. Dentro de esta catedral me encontré con pinturas de Juan Correa, Miguel Cabrera y Eusebio de Aguilar.
Mi guía turística narraba que en 1528 este lugar había sido fundado por los españoles, y se convirtió en un importante centro intelectual, cultural y religioso. Con un carácter transgresor y artístico, es obvio que me encontraba en un destino popular para los viajeros internacionales y extranjeros.
Cerca de esta iglesia tenemos el conocido zócalo llamado plaza 31 de marzo, sitio que fue importante en la época colonial ya que era el punto de encuentro para todas las actividades económicas en el pueblo como el intercambio de mercancías, el abasto de agua y los actos cívicos.
Mi travesía me llevaba cada vez a adentrarme más en la historia y las calles de este sitio. Recuerdo que en el zócalo se encontraba un sonido peculiar que mis oídos distinguían, era como la madera chocando consigo misma, con armonía de marimba muy característica de esta región. Continúe caminando unos metros más y encontré el andador turístico de Guadalupe, lo atractivo de éste es que te permite observar las características de la arquitectura citadina y de los comercios de lugar.
Aquí logré sacar fotografías, tomar un buen café regional y divertirme en la gran diversidad de bares que se encuentran en esa zona.
Antes de emprender mi segunda aventura, me informé bien de lugares turísticos en este pueblo. Me contaron de una zona muy alta donde se encuentra la iglesia del cerro de Guadalupe, que está rodeada de una plaza arbolada. Para llegar al lugar de religiosidad, caminé hasta llegar a ese sitio, y vaya que es cansado ascender al lugar, ya que tienes que subir por 79 escalones. Entre comentarios escuchaba que la iglesia está conformada de una sola nave con capilla lateral y fue construida en 1834. Desde ahí se puede apreciar una hermosa vista de San Cristóbal de las Casas, el pueblo colonial mejor conservado en Chiapas.
En mi día dos y continuando con mi aventura, el lugar que visité fue la Enseñanza, que representa una de las escuelas de este pueblo que se volvió uno de los centros más importantes para la educación mexicana y ahora es administrada por el Fondo de Cultura Museo Na Bolom.
El Museo Nabolom tiene por significado “la casa del jaguar” en la lengua indígena Toztzil. El museo es parte de una organización civil muy grande que tiene varios proyectos, es una casa que se construyó en el siglo XIX, lugar que fungía como seminario católico, sin embargo nunca la terminaron.
El lugar también cuenta con un Jardín Botánico creado por Gertrude Duby Blom tomando el tema de la selva Lacandona con especies que conoció en su expedición por distintas regiones de Chiapas.
En mi tercer día de aventura conocí otro andador turístico nombrado "del Carmen" por la iglesia que se encuentra en ese mismo sentido. Ahí hay una panadería francesa cuyo nombre es ¡Oh la la!, famosa por su muy buen pan artesanal. Luego recorrí otro lugar denominado Templo de Santo Domingo considerado por muchos el más bonito de todo el estado de Chiapas y vaya que lo es. Tiene una espectacular fachada en donde se aprecian distintas figuras, en su interior se encuentra un púlpito que está tallado en una sola pieza de roble. La parte del convento está dividida en dos museos, uno en donde se abarca toda la historia arqueológica como la llegada de los españoles a la ciudad y en el segundo se encuentra todo lo relacionado a lo textil bajo el patrocinio de City Banamex. El único defecto que logré encontrarle a este sitio es que no te permiten sacar fotografías para evitar la clonación de los diseños de vestuarios.
A las afueras del convento encontré un mercado permanente de artesanías como la ropa que es bordada ya sea por las manos de mujeres indígenas o por los telares de las comunidades del estado. Aquí tropecé con un vendedor muy amable, quien me ofrecía un hermoso pulso de ámbar a un precio accesible, me gustó tanto que no lo pensé mucho para acceder a él, considerando que la compra era de confianza y calidad.
Para el cuarto día, otro lugar que no debes dejar pasar por desapercibido es el Mercado de Dulces típicos. Ofrece una gran variedad para que endulces tu visita y conozcas parte de la cultura de la entidad a través de sus postres.
Hay una diversidad de artículos artesanales decorativos y vestimentarios. Los dulces más famosos de la región son el de calabaza, turrones, melcocha, puxinú, gaznate, cocadas, chilacayote, nuégado, el de cacahuate, empanadas de leche y pan dulce.
Aquí también disfruté de un rico ponche al estilo y sabor del sureste, asimismo encontré más artesanías y recuerdos de todo el estado, el bordado de blusas artesanales y la joyería realizada con ámbar como también la piedra de jade.
Un locatario pudo notar que estaba atenta a cada una de las recomendaciones para distinguir una joyería original de ámbar de una pirata, pues como es común nos encontramos con trabajadores que engañan a los turistas, es por eso que decidí comprar otra pulsera y comparar ambas compras.
El locatario mencionó que san Cristóbal de las Casas es un lugar dedicado a la producción de artesanías, una de las más destacadas es el ámbar, que se obtiene de una resina de los árboles, con ella se pueden hacer aretes, collares, pulseras, llaveros, dijes, etc. Para reconocer si la piedra es falsa, son importantes las siguientes observaciones: el ámbar tiene un peso muy ligero, es resistente al fuego y tiene un brillo especial ante la luz de neón, por ello su precio es algo elevado.
Mi último día fue para encontrarme con una amiga, quien me llevaría a recorrer las hermosas calles de colores que dan magia a este hermoso pueblo, con sus calles empedradas que ascienden y descienden, como un recorrido por las montañas, entre reducidas y angostas avenidas pintadas con expresiones que dan realismo y vida a los murales, entre tantas fotos, ahí me encontraba yo, cumpliendo una aventura más.
Estoy segura de que me hicieron falta más días para conocer y probar más de este hermoso lugar que brinda toda la tranquilidad y comodidad para vacacionar en pareja, amigos o incluso individualmente, pues es un sitio que tiene vida tanto en el día como en la noche, dado que está en constante movimiento. San Cristóbal de las Casas es un lugar completamente colonial donde su pintura, calles, clima, tradiciones, gastronomía y cultura se fusionan en una acuarela de magia.